A un año de gestión, un recuento de Cristina Fernández
México, 24 dic 08 (CIMAC).- Cristina Fernández de Kirchner cumplió el pasado 10 de diciembre un año al frente del Ejecutivo Nacional. Mientras el oficialismo dice que la gestión de Fernández fue buena teniendo en cuenta el ataque permanente de sectores disconformes con el modelo económico, la oposición advierte que el gobierno perdió en poco tiempo la legitimidad obtenida en 2007.
Es el balance de Alejandra Waingand publicado por la agencia de noticias Artemisa en su página Web y que lleva por título "Los vaivenes de la presidenta". En él hace un recuento de su trayectoria, aportaciones y límites de gestión.
Cristina Fernández de Kirchner fue la primera mujer electa presidenta en Argentina. Ganó la última elección nacional el 28 de octubre de 2007 con 46 por ciento de los votos. La mandataria se hizo cargo de la jefatura de Estado el 10 de diciembre de 2007.
A un año de su gestión, señala Waingand, sólo el 28 por ciento de la población la considera buena y muy buena, según un informe difundido por la consultora Poliarquía.
A través de distintas voces Waingand da un panorama de lo que ha sido el estilo de gobernar de Cristina Fernández.
EL BALANCE
El diputado nacional Claudio Lozano (Buenos Aires para Todos) planteó que en 12 meses la sociedad argentina vio frustradas sus expectativas respecto de los cambios prometidos por Cristina durante su campaña electoral.
La parlamentaria del Frente para La Victoria, Juliana Di Tullo, opinó que "fue un año complejo, hay mucho mal humor, los medios de comunicación están las 24 horas todos los días construyendo ese mal humor y es muy difícil trabajar en ese contexto, sin embargo la gente ha acompañado racionalmente la gestión de Cristina Fernández".
La legisladora porteña Diana Maffía (Coalición Cívica) dijo que "Cristina Fernández prometió renovación institucional, un aspecto muy débil del kirchnerismo, y no cumplió, entre otras cosas porque no se lo permitieron. Por ejemplo, la presidenta cambió sólo un ministro (Ginés González García, de la cartera de Salud), que fue
el mejor funcionario de Néstor Kirchner y dejó a Julio De Vido, Ricardo Jaime y Guillermo Moreno, ministros y funcionarios socialmente muy criticados".
Al iniciar su gestión, recordó Maffía, Cristina Fernández fue alcanzada por el escándalo diplomático que estalló cuando el valijero Guido Antonio Wilson intentó ingresar al país 800 mil dólares sin declarar.
"En ese conflicto Cristina Fernández tuvo la oportunidad de mostrar una actitud diferente respecto del primer periodo del kirchnerismo y su vínculo con la corrupción, pero al igual que en el menemismo, sólo le soltó la mano a algún
funcionario", dijo la diputada porteña con relación a la renuncia de Claudio Uberti, un hombre clave del ministro Julio De Vido.
La parlamentaria Di Tullio no estuvo de acuerdo, señala Alejandra Waingand, autora del artículo "Los vaivenes de la presidenta". Para ella, dice, "las instituciones funcionaron estupendamente, por ejemplo el Congreso Nacional tuvo un funcionamiento increíble, Aerolíneas Argentinas es una empresa del Estado y hoy no tenemos más
Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP)".
Por su parte Lozano mencionó otro aspecto negativo en la gestión de Fernández, la
adulteración de cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos(INDEC). "Había signos de deterioro en el frente económico --dijo el legislador nacional-- que se manifestaban en la emergencia de la inflación, pero el oficialismo, en vez de hacerse cargo de esta situación, continuó manipulando las estadísticas públicas".
El diputado opositor afirmó luego que "esa dificultad para registrar la realidad y dar cuenta de ella fue evidente en la gestión del conflicto agropecuario. El gobierno fue incapaz de percibir las demandas que sostenían pequeños y medianos productores y facilitó la creación de un frente antigubernamental de proporciones gigantescas", se lamentó.
IMAGEN
La imagen positiva de Cristina Fernández decayó durante el conflicto entre el gobierno y sectores rurales que duró cinco meses, según la consultora Romer y Asociados, retoma Waingand.
Al respecto hace el siguiente recuento.
El Ejecutivo incrementó las retenciones móviles a la exportación de granos mediante la resolución 125, pero las y los productores rurales la rechazaron con cortes de ruta que provocaron desabastecimiento en todo el país. El kirchnerismo respondió convocando a actos masivos de respaldo a la investidura de Cristina Fernández, y las demostraciones de fuerza que comenzaron en marzo prosiguieron hasta junio.
La diputada por Encuentro Popular y Social Movimientos Libres del Sur, Cecilia Merchan, explicó que "las retenciones móviles eran una medida necesaria para tomar parte de una renta extraordinaria e implementar su redistribución, pero el gobierno dio una muy mala pelea".
La diputada nacional del Frente para la Victoria, Diana Conti, aseguró que ese conflicto "forma parte de la crítica permanente, aberrante y egoísta de sectores que no están dispuestos a ser solidarios en un país que necesita flexibilidad, comprensión y solidaridad para que todos estemos mejores, no solamente algunos".
Reconoció que la resolución 125 devino en crisis, pero al mismo tiempo "mostró los intereses especulativos sojeros, que no estuvieron dispuestos a que sus compatriotas mejoraran sus vidas", añadió.
El 17 junio la jefa de Estado transformó la resolución 125 en proyecto de ley, pero el parlamento rechazó la iniciativa debido al voto "no positivo" del vicepresidente radical Julio Cobos. Para Di Tullio, "más allá del conflicto con el campo, que perdimos, Cristina mostró mucha capacidad de gestión, no ha perdido iniciativa nunca".
LA POLÍTICA
Con el distanciamiento del vicepresidente Julio Cobos y de muchos intendentes desgastados por el conflicto rural, se desarticuló la Concertación Plural y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner intentó mantener su liderazgo a través del Partido Justicialista, apunta en su artículo Alejandra Waingand.
En este punto, la diputada Cecilia Merchan señaló que "la construcción política que está llevando adelante el gobierno con el PJ más arcaico, mafioso y recalcitrante es un aspecto sumamente negativo. No evidencia posibilidades a futuro porque no tiene proyectos de país distinto".
Claudio Lozano dijo en ese sentido que "al privilegiar la estructura justicialista como soporte de la acción gubernamental, se abrió la puerta al lobby de los principales grupos económicos de Argentina".
Según el legislador este vínculo entre la gestión de Cristina Fernández y grupos económicos determinados se evidenció en "negociados concretos. Me refiero a la emergencia de proyectos como el tren bala. Asimismo a la reprivatización de áreas petroleras como Cerro Dragón, uno de los yacimientos más importantes del país".
Y subraya que "hay una tendencia entonces a consolidar el vínculo con las petroleras, particularmente con Repsol. Enrique Eskenazi es el nuevo socio de Repsol y es propietario de un grupo constructor cercano al matrimonio Kirchner".
En ese orden Cecilia Merchan, apunta Waingand, mencionó el vínculo con grupos económicos concentrados en el sector de minería.
"El Ejecutivo vetó la Ley Nacional de Protección de Glaciares y puso en riesgo una fuente fundamental de recursos hídricos en el país. Este es el resultado del lobby de las empresas mineras y los gobernadores (José Luis) Gioja de San Juan y (Celso) Jaque de Mendoza", detalló Merchan.
Aclaró, sin embargo, que igualmente hubo aspectos positivos como la decisión de estatizar Aerolíneas Argentinas y eliminar las AFJP, medidas que constituyeron intentos de recuperar una imagen positiva, pero los mercados internacionales se desplomaron y la crisis mundial ocupó todo el escenario. La presidenta lanzó un paquete de medidas para enfrentarla y está siendo tratado en el Congreso nacional.
Por su parte la diputada Diana Conti, dice Waingand, aseguró que la gestión de Fernández fue buena teniendo en cuenta las dificultades internas y la crisis internacional.
Sobre la cuestión interna, la legisladora explicó que "existe una crítica desaforada de sectores políticos y financieros inconformes con un modelo económico que respeta a todos, principalmente a los que menos tienen. Esto genera malestar y es difícil gestionar con alegría, pero contra viento y marea hemos logrado profundizar ese modelo, que nos permite afrontar más seguros que otros países la crisis internacional. Este es uno de los logros de la gestión de Cristina Kirchner".
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Es el balance de Alejandra Waingand publicado por la agencia de noticias Artemisa en su página Web y que lleva por título "Los vaivenes de la presidenta". En él hace un recuento de su trayectoria, aportaciones y límites de gestión.
Cristina Fernández de Kirchner fue la primera mujer electa presidenta en Argentina. Ganó la última elección nacional el 28 de octubre de 2007 con 46 por ciento de los votos. La mandataria se hizo cargo de la jefatura de Estado el 10 de diciembre de 2007.
A un año de su gestión, señala Waingand, sólo el 28 por ciento de la población la considera buena y muy buena, según un informe difundido por la consultora Poliarquía.
A través de distintas voces Waingand da un panorama de lo que ha sido el estilo de gobernar de Cristina Fernández.
EL BALANCE
El diputado nacional Claudio Lozano (Buenos Aires para Todos) planteó que en 12 meses la sociedad argentina vio frustradas sus expectativas respecto de los cambios prometidos por Cristina durante su campaña electoral.
La parlamentaria del Frente para La Victoria, Juliana Di Tullo, opinó que "fue un año complejo, hay mucho mal humor, los medios de comunicación están las 24 horas todos los días construyendo ese mal humor y es muy difícil trabajar en ese contexto, sin embargo la gente ha acompañado racionalmente la gestión de Cristina Fernández".
La legisladora porteña Diana Maffía (Coalición Cívica) dijo que "Cristina Fernández prometió renovación institucional, un aspecto muy débil del kirchnerismo, y no cumplió, entre otras cosas porque no se lo permitieron. Por ejemplo, la presidenta cambió sólo un ministro (Ginés González García, de la cartera de Salud), que fue
el mejor funcionario de Néstor Kirchner y dejó a Julio De Vido, Ricardo Jaime y Guillermo Moreno, ministros y funcionarios socialmente muy criticados".
Al iniciar su gestión, recordó Maffía, Cristina Fernández fue alcanzada por el escándalo diplomático que estalló cuando el valijero Guido Antonio Wilson intentó ingresar al país 800 mil dólares sin declarar.
"En ese conflicto Cristina Fernández tuvo la oportunidad de mostrar una actitud diferente respecto del primer periodo del kirchnerismo y su vínculo con la corrupción, pero al igual que en el menemismo, sólo le soltó la mano a algún
funcionario", dijo la diputada porteña con relación a la renuncia de Claudio Uberti, un hombre clave del ministro Julio De Vido.
La parlamentaria Di Tullio no estuvo de acuerdo, señala Alejandra Waingand, autora del artículo "Los vaivenes de la presidenta". Para ella, dice, "las instituciones funcionaron estupendamente, por ejemplo el Congreso Nacional tuvo un funcionamiento increíble, Aerolíneas Argentinas es una empresa del Estado y hoy no tenemos más
Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP)".
Por su parte Lozano mencionó otro aspecto negativo en la gestión de Fernández, la
adulteración de cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos(INDEC). "Había signos de deterioro en el frente económico --dijo el legislador nacional-- que se manifestaban en la emergencia de la inflación, pero el oficialismo, en vez de hacerse cargo de esta situación, continuó manipulando las estadísticas públicas".
El diputado opositor afirmó luego que "esa dificultad para registrar la realidad y dar cuenta de ella fue evidente en la gestión del conflicto agropecuario. El gobierno fue incapaz de percibir las demandas que sostenían pequeños y medianos productores y facilitó la creación de un frente antigubernamental de proporciones gigantescas", se lamentó.
IMAGEN
La imagen positiva de Cristina Fernández decayó durante el conflicto entre el gobierno y sectores rurales que duró cinco meses, según la consultora Romer y Asociados, retoma Waingand.
Al respecto hace el siguiente recuento.
El Ejecutivo incrementó las retenciones móviles a la exportación de granos mediante la resolución 125, pero las y los productores rurales la rechazaron con cortes de ruta que provocaron desabastecimiento en todo el país. El kirchnerismo respondió convocando a actos masivos de respaldo a la investidura de Cristina Fernández, y las demostraciones de fuerza que comenzaron en marzo prosiguieron hasta junio.
La diputada por Encuentro Popular y Social Movimientos Libres del Sur, Cecilia Merchan, explicó que "las retenciones móviles eran una medida necesaria para tomar parte de una renta extraordinaria e implementar su redistribución, pero el gobierno dio una muy mala pelea".
La diputada nacional del Frente para la Victoria, Diana Conti, aseguró que ese conflicto "forma parte de la crítica permanente, aberrante y egoísta de sectores que no están dispuestos a ser solidarios en un país que necesita flexibilidad, comprensión y solidaridad para que todos estemos mejores, no solamente algunos".
Reconoció que la resolución 125 devino en crisis, pero al mismo tiempo "mostró los intereses especulativos sojeros, que no estuvieron dispuestos a que sus compatriotas mejoraran sus vidas", añadió.
El 17 junio la jefa de Estado transformó la resolución 125 en proyecto de ley, pero el parlamento rechazó la iniciativa debido al voto "no positivo" del vicepresidente radical Julio Cobos. Para Di Tullio, "más allá del conflicto con el campo, que perdimos, Cristina mostró mucha capacidad de gestión, no ha perdido iniciativa nunca".
LA POLÍTICA
Con el distanciamiento del vicepresidente Julio Cobos y de muchos intendentes desgastados por el conflicto rural, se desarticuló la Concertación Plural y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner intentó mantener su liderazgo a través del Partido Justicialista, apunta en su artículo Alejandra Waingand.
En este punto, la diputada Cecilia Merchan señaló que "la construcción política que está llevando adelante el gobierno con el PJ más arcaico, mafioso y recalcitrante es un aspecto sumamente negativo. No evidencia posibilidades a futuro porque no tiene proyectos de país distinto".
Claudio Lozano dijo en ese sentido que "al privilegiar la estructura justicialista como soporte de la acción gubernamental, se abrió la puerta al lobby de los principales grupos económicos de Argentina".
Según el legislador este vínculo entre la gestión de Cristina Fernández y grupos económicos determinados se evidenció en "negociados concretos. Me refiero a la emergencia de proyectos como el tren bala. Asimismo a la reprivatización de áreas petroleras como Cerro Dragón, uno de los yacimientos más importantes del país".
Y subraya que "hay una tendencia entonces a consolidar el vínculo con las petroleras, particularmente con Repsol. Enrique Eskenazi es el nuevo socio de Repsol y es propietario de un grupo constructor cercano al matrimonio Kirchner".
En ese orden Cecilia Merchan, apunta Waingand, mencionó el vínculo con grupos económicos concentrados en el sector de minería.
"El Ejecutivo vetó la Ley Nacional de Protección de Glaciares y puso en riesgo una fuente fundamental de recursos hídricos en el país. Este es el resultado del lobby de las empresas mineras y los gobernadores (José Luis) Gioja de San Juan y (Celso) Jaque de Mendoza", detalló Merchan.
Aclaró, sin embargo, que igualmente hubo aspectos positivos como la decisión de estatizar Aerolíneas Argentinas y eliminar las AFJP, medidas que constituyeron intentos de recuperar una imagen positiva, pero los mercados internacionales se desplomaron y la crisis mundial ocupó todo el escenario. La presidenta lanzó un paquete de medidas para enfrentarla y está siendo tratado en el Congreso nacional.
Por su parte la diputada Diana Conti, dice Waingand, aseguró que la gestión de Fernández fue buena teniendo en cuenta las dificultades internas y la crisis internacional.
Sobre la cuestión interna, la legisladora explicó que "existe una crítica desaforada de sectores políticos y financieros inconformes con un modelo económico que respeta a todos, principalmente a los que menos tienen. Esto genera malestar y es difícil gestionar con alegría, pero contra viento y marea hemos logrado profundizar ese modelo, que nos permite afrontar más seguros que otros países la crisis internacional. Este es uno de los logros de la gestión de Cristina Kirchner".
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Etiquetas: Argentina, Ciudadanía, Política, Programas y políticas de Gobierno
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