Aún en las elites del poder mundial, las mujeres están excluidas

Nueva York, EU, 11 junio 08 (CIMAC, Leticia Puente Beresford/corresponsal).- El poder se centra en un grupo selecto de seis mil individuos en el mundo, el cual excluye a las mujeres de manera "indignante". Así lo afirma David Rothkopf en su libro "Superclass", en el cual dedica una breve pero significativa página al papel que desempeñan las mujeres en la toma de decisiones, de gobierno, de las grandes corporaciones, del poderoso sistema financiero internacional, de los medios de comunicación, del mundo religioso y de las sombras de las organizaciones criminales
terroristas.

El escritor e investigador, quien fue director de Kissinger Associates entre otros de sus cargos internacionales, escribe en su investigación un capítulo que titula "Elite contra mujeres": En dicha investigación, una de sus más grandes sorpresas fue la reacción de la gente al hecho de que las mujeres están atrozmente por debajo de la representación de la elite global del poder.

En esta era, las mujeres están incrementando exitosamente su desempeño como líderes en compañías y países, en los hechos ellas están siendo exitosas, dice. Sin embargo, en el 2007 sólo había 13 mujeres dirigiendo el Poder Ejecutivo.

Michelle Bachelet de Chile, Ellen Johnson-Sirleaf de Liberia, Micheline Calmey-Rey de Switzerland, Tarja Halonen de Finlandia, Cristina Fernández de Kirchner de Argentina, Borjana Kristo de Bosnia y Herzegovina, Mary McAleese de Irlanda, Gloria Macapagal-Arroyo de Filipinas y Pratibha Patl de la India, son las únicas mujeres cabezas de Estado alrededor del mundo.

Y son jefas de Gobierno: Angela Merkel en Alemania, Helen Clark en Nueva Zelanda, Portia Simpson-Miller en Jamaica y Luisa Diogo en Mozambique. En los congresos sucede algo similar: alrededor del mundo las mujeres sostuvieron un porcentaje de 17 por ciento en posiciones parlamentarias en el 2007. En el Congreso de los Estados Unidos es menor del porcentaje con respecto al mundo, con 16 por ciento de las mujeres miembros en la Casa y en el Senado.

Donde quiera que fuera, señala Rothkopf, hablara con hombres o mujeres, había un fuerte movimiento de indignación ante el obvio fracaso y la demora para lograr la representación gubernamental de las mujeres. Geeta Rao Gpta, presidenta de International Center for Research on Women (ICRW) y perteneciente a la clase más poderosa, donde se ubican sólo seis mil personas, de los seis billones de habitantes del planeta, me habló acerca del fenómeno de la falta de representación de las mujeres, relata el investigador.

"Lo he visto también", dijo Geeta, "y estoy sorprendida que eso persista hoy… O posiblemente no lo estoy. Nosotras seguimos viviendo en un mundo en el cual las niñas son devaluadas en muchos países, no son educadas ni tienen acceso a los tratamientos médicos que sí son otorgados a los niños.

Hay muchas organizaciones, continuó Geeta Rao Gpta, como la ICRW, que está trabajando en este problema y hemos tenido algunos progresos en algunas áreas. Pero esto es muy difícil de cambiar si trabajas en pequeñas porciones del problema, porque la inequidad está en la estructura del poder global, esa estructura de la que hablas, le dijo al investigador.

Nos levantamos en contra de nuestra historia, contra las ideas que existen en la sociedad sobre los roles de género. Pero esto no hace la realidad menos injusta, no es excusa. David Rothkopf termina el breve, pero sustancioso espacio, dedicado a las mujeres que viven en un mundo aún dirigido por hombres: El poder global y el mundo que ellos están haciendo deja de lado la participación de las mujeres.

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